choose-the-right-direction-1536336_960_720.jpeg

Querido/a emprendedor/a:

Surge el día, sin peso. Bueno, con los elementos y obstáculos de siempre, pero que parecen más livianos. Es cuestión de perspectiva, y a ella os animo para que la jornada cobije verdaderas soluciones. Eres tan fuerte como firme. Ganar es una actitud. A menudo opera.

Conviene, por tanto, trabajar de manera natural, sin bajar la guardia, saboreando los cafés, aunque sean solos. Ya vendrán “combinados” y resaltados en y de las mil modalidades que nos oferta la vida. Si nos fijamos, si los conocemos, seguro que daremos con el “cortado” adecuado hasta que lleguemos a nuestros empates, a nuestros “capuchinos”, o a nuestras opciones más generosas o convenientes. Las hay.

Nos sabemos, os intuís, con victorias relativas, que pueden acontecer o no.  Meditemos afirmativamente. Nos mostraremos sobrados de recursos y con franqueza. En verdad no nos hacen falta demasiados enseres. 

Comenzar con pasión y tranquilidad es la base para afrontar un trecho que nos puede dar todo. Busquemos la cosecha sin prisas, pero también sin demora. La experiencia nos subraya que la voluntad es muy eficaz y eficiente.

Valoras, ponderáis, el contexto, el entorno. Tenemos la suerte de estar bien, de querer aprender y de sabernos en relación a los demás, con muchos que nos estiman. ¡Qué tesoro! Hallamos por delante una existencia luminosa. Aprovechemos sus brillos. Vamos (lo sabemos) en la dirección correcta. ¿Me acompañas? ¿Nos acompañamos?

 

Un artículo de Juan Tomás Frutos para Élite Murcia

Escritor y periodista de RTVE

Diseño-sin-título-25-1280x1073.png
Juan Tomás Frutos

Repetimos día tras día que ésta es la era de la comunicación, y que, por saturación, a menudo se produce la paradoja de la incomunicación en diversos grados. No sabemos del otro, porque, cuando nos habla, no le escuchamos lo suficientemente. Al vecino le pasa igual. También es cierto que a menudo vendemos tanta superficialidad que dejamos a un lado lo verdaderamente importante. Puede que contemos qué somos, pero no quiénes somos. “No queremos perder el tiempo”, según nos indicamos, o bien preferimos optimizarlo de maneras que nos hacen, en realidad, no aprovecharlo como deberíamos.

Respiremos y oteemos, por favor. El atender al otro, al cercano, al conocido, al que pasa diariamente por nuestro entorno, es básico para que sepamos lo que piensa, lo que le preocupa, lo que nos podría identificar con él, o a él con nosotros. Sin esa proximidad es difícil que conectemos. Son las celeridades, son esas premuras (a tenor de lo que nos glosamos) las que inducen a que no demos con las claves del acontecer cotidiano. Es una media verdad. Así nos va.

Hay una evidencia. Sacamos partido urgente a lo que nos parece rentable e importante en el deambular diario. Otra vez las prisas por llegar. Lo que ocurre, por desgracia, es que hemos cambiado los patrones culturales y educativos, y nos parece relevante lo que sin duda no lo es tanto. Por eso surgen tantas melancolías y frustraciones en nuestras existencias, porque, como dice el protagonista de “El Protegido”, no hacemos lo que querríamos. Un primer paso es, por ende, que sepamos lo que queremos esgrimir. Para tal aprendizaje hemos de empezar por nosotros mismos.

Escuchemos

En paralelo, conviene que escuchemos a nuestras conciencias y corazones, y que no queden los sentimientos postergados o escondidos nuevamente por las agobiantes prisas o por éxitos que no nos satisfacen tanto como pensamos o referimos…

En el mundo de la comunicación, de la saturación, del aprendizaje perpetuo, igualmente de la incomunicación, de las posibilidades de información, el silencio para escuchar a los otros puede ser un eje para recuperar una posición más pro-activa en el proceso de intercambio de ideas, de datos y de experiencias. Probemos hoy mismo: es cuestión de hábitos, de desarrollarlos, claro. Nuestras vidas lo agradecerán.

Juan Tomás Frutos
Últimas entradas de Juan Tomás Frutos (ver todo)

    Juan-Tomás-Frutos-e1640957022165.png

    Cuando intentamos comunicar hemos de procurar, desde el buen propósito y con acertada voluntad, llegar a aquello que conviene a todas las partes involucradas. Ayudemos, por ende, a que el proceso de la comunicación funcione. Mediemos, intermediemos. En todo acto comunicativo hemos de fomentar la pro-actividad de los elementos que intervienen. Es una ventaja para los participantes cuando es de este modo: la comunicación mejora cuando hay una intención de que se produzca oportunamente a través de las diversas partes que concurren. La voluntad, como dirían los escritores de 1898, es crucial para arribar a buen puerto.

    Juan Tomás Frutos, escritor y periodista de RTVE

    Por ello hablamos de responsabilidad, de la diligencia para que nos impliquemos completamente, en lo que podamos cuando menos. Hay un compromiso en todo hecho individual o social, y también en el comunicativo. Se suele decir que, en estos fenómenos de interconexión, son los emisores los comprometidos para que fluyan los contenidos, ya sean éstos abstractos, virtuales, imaginados, reales… Técnicas como la contextualización o la repetición de los juicios básicos son precisas para que lo que se quiere contar llegue en las mejores condiciones.

    En comunicación se suele reseñar que una cosa es lo que se quiere decir, otra es lo que se glosa, y, finalmente, es diferente (o puede serlo) cómo se percibe. He aquí la razón de tener que chequear lo que interpreta el otro, con el afán de ir cuadrando los mensajes en el lugar que les hemos reservado. Si algo no se entiende bien, hay que explicarlo una y otra vez hasta que demos con los perfiles capitales y accesorios, de modo que se comprenda correctamente.

    Las técnicas para dar un contexto, para dar brillo a la comunicación, para envolverla bien, para explicarla, para reiterarla, para regalar todas las ventajas a los diversos participantes, para que convenza, para que sea liberalizadora para la sociedad, etc., no se aprenden de la noche a la mañana. Hace falta tiempo, una finalidad determinada, un deseo de seguir adelante, una puesta en escena considerada desde el hábito destacado día tras día… Podemos aprender mucho más con estas actitudes, que han de ser normales, y nunca excepcionales.

    Otro punto que no debemos olvidar es que, cuando comuniquemos, tengamos en cuenta el respeto y los derechos de los demás, que no se deben ver vapuleados por consideraciones que no estén debidamente señaladas, contrastadas, y siempre desde la aplicación de unos procesos y de un vocabulario atinados. No hagamos daño, no dejemos que únicamente el destino y el tiempo curen equivocaciones, si éstas pueden ser evitadas. Pensemos siempre en los afectados, en lo malo, y también en lo fantástico, por nuestras intervenciones.

    La existencia es oportunidad, es sensación, es apuesta en abierto por conocer, y para eso la comunicación es un cimiento insustituible. Juntemos piezas para ovacionar un destino anónimo y feliz. Prediquemos con ejemplos, con emotividades, con consultas enamoradas y valoradas desde la mesura y la comprensión hacia los demás. Estaremos en paz con esa actitud en la idea, casi matemática, de que lo óptimo gesta más bienestar. Para convencernos de ello sólo tenemos que probarlo. Las mieles de este aprendizaje diario se nos notarán en el mismo comportamiento.

    Oteemos, en todo caso, las intenciones, los fines, las pretensiones de mejora y de llegar a los otros, sus determinaciones, carencias y logros, sin dejar atrás las conveniencias mancomunadas para aquellos que forman parte de una realidad extraordinaria que es de todos, que a todos pertenece. Meditemos con sosiego e ilusión y actuemos en consonancia con horizontes de amor. Seremos más libres y, por lo tanto, viviremos de verdad, comunicando salubremente.

    Juan Tomás Frutos
    juan-tomas-1280x640.png
    Juan Tomás Frutos | Escritor y Periodista de RTVE

    Viajemos con nobles deseos

    Escuchaba recientemente en la radio que la vida es eso que pasa mientras hacemos planes. Recuerdo que los Beatles cantaban tal circunstancia. Por eso, quizás, no me gusta hacerlos, aunque luego, como a todos, me encantan que salgan bien. Supongo que es la contradicción en la que vivimos la mayoría. En todo caso, sí que me complace anticiparme y diseñar un modo de comportamiento con el fin de desarrollar aquello en lo que creo y de intentar, en paralelo, que la felicidad nos alcance de la manera más plena posible, al menos en lo que pende de nosotros.

    Igualmente, la existencia, si bien no siempre la percibimos de esta guisa, es ese cúmulo de amigos, de gentes que nos quieren, que nos ayudan con sus acciones, con sus complicidades, para que todo discurra un poco, o un mucho, mejor. Junto a ellos están los maestros, pocos, que nos inculcan valores y hábitos, destrezas y aprendizajes con los que nos comunicamos y cabalgamos en singular singladura por toda clase de caminos, que hemos de procurar que sean beneficiosos sin hacer daño a nadie.

    Suelo glosar que he tenido suerte, verdadera fortuna, con los compañeros de travesía. Sí que la he disfrutado, y aún. Como todo hijo de vecino también he debido lidiar con personas poco edificantes, pero hasta en eso ha jugado firme el azar: se han ido poco a poco buscando alimentos inmediatos en otra parte y dejándome cada vez más libre. No se ha producido, pues, fricción, sino sosiego.

    Y reconozco, asimismo, mi tesoro vital por los maestros que me ha brindado el porvenir, que con generosidad y devoción me han ofrecido conocimientos, respeto y maravilloso afán. Como resaltaba Kierkegaard, incluso en el silencio he cosechado de ellos: sinceramente ha acontecido así por lo que han ocasionado en mí en concordancia con lo referido, así como por sus diligencias y, por ser, fundamentalmente, óptimas almas.

    Con esta meditación hacia ellos, los maestros, y también a los amigos, comienzo el 2022, reportándoles unas recurrentes gracias y resaltando que, sin ellos, y ellas, nada sería igual. La vida va con y por vosotros. ¡Buen año! La garantía de una parte ingente se edifica en vuestro papel. 



    Élite Murcia es una revista digital e impresa que promueve lo mejor de la Región de Murcia: cultura, gastronomía, empresas y personalidades. Entrevistas a reconocidas personalidades de la sociedad murciana, artículos sobre los mejores hoteles y restaurantes de la Región, crónicas de los más interesantes eventos que tengan lugar, informes económicos y de inversión, así como de reportajes sobre las empresas líderes y de mayor expansión de Murcia.



    Contáctanos

    C/ San Vicente de Paul, 6
    30100 Murcia
    Tel. de contacto: 644  73 79 48



    Newsletter


      He leído y acepto las condiciones de la Política de Privacidad


      Categorías


      Suscríbase a nuestro Newsletter

      Reciba en su email las útlimas noticias de Élite Murcia



      Muchas gracias! Su suscripción ha sido realizada.