Mujeres murcianas en el mundo del vino

1 abril 2022

En Élite Murcia hemos querido dar visibilidad, voz y rostro a las mujeres que hay detrás de uno de los sectores más importantes de la Región de Murcia: el vino. El norte de la Región es muy conocido por brindar este increíble producto que nace en las mejores condiciones posibles.

Esther González, responsable de Comunicación del CRDOP Jumilla

Esther González, por Miguel Ángel Caparrós

Esther González es responsable de Comunicación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de Jumilla. González trabaja cada día para que desde el CRDOP Jumilla se le dé la máxima importancia a la marca y a su posicionamiento. Su experiencia y trayectoria profesional hicieron que fuera la persona elegida para afrontar este reto. El mundo del vino la enganchó, y cree firmemente que se dedica a lo que mejor sé hacer.

Elena Pacheco, propietaria y gerente de Bodegas Viña Elena

Elena Pacheco Martínez es gerente y propietaria de Bodegas Viña Elena en la tercera generación de una familia vitivinícola de la que ella bebió desde bien pequeña esa pasión y ese amor por el vino. Fue reconocida como Mujer Rural Emprendedora en 2020 por la Consejería de Agricultura de la Región de Murcia.

Su historia es la de una jumillana que estudió “económicas” y se formó después específicamente en “enología” para poder centrarse en la bodega familiar. En ella empezó “llenando garrafas para la venta a granel” para poco a poco ir “haciendo de todo” conforme iba creciendo el negocio. “Siempre digo que lo mío fue circunstancial. Es lo que me transmitieron mi abuelo y mi padre”, reconoce e intenta explicarlo con palabras, aunque sea difícil:

Elena Pacheco
Te dedicas a esto por emoción, por sentimiento”

“Es esa palpitación de cuando estás en un viñedo o en la bodega que no puedes explicar. Te dedicas a esto por emoción, por sentimiento. Este mundo tiene esa parte romántica que te atrapa, aunque yo tenga esa parte familiar detrás. La suerte que he tenido es que a mí me ha gustado. Donde mejor me siento es en el campo, en contacto con las viñas”, expresa.

Con Elena y sus tres hermanas, “el negocio parecía que se iba a perder porque no había un varón para coger el relevo, pero mi padre confió en nosotras. Estoy super agradecida y es de mucha responsabilidad mantener este legado de hace sesenta o setenta años”.

De 17 que están en la bodega, 9 son mujeres actualmente, entre los distintos departamentos. Una de ellas es Pilar Abellán, enóloga. “Hemos acabado con ese lastre tradicional que había allá por los años 60. Antes las mujeres teníamos prohibida la entrada a las bodegas porque decían que perjudicábamos a la calidad del vino”, rememora con extrañeza al pensarlo ahora.

Elena considera que, en el caso de la mujer en el sector vinícola, destaca “su capacidad de atención y el esmero puesto” en su trabajo. Aunque lo principal es “tener vocación y si de verdad te enamora este mundo, hay que luchar, trabajar y también es muy importante viajar, tener la mente abierta para descubrir otras cosas”.

Rosana Madrid Romero, enóloga y gerente de Bodegas Madrid Romero

“Por conocimientos, sabiduría y delicadeza o elegancia lo puede tener tanto un hombre como una mujer”.

En la tercera generación también de otra familia vinícola encontramos a Rosana Madrid, directora y enóloga de Bodegas Madrid Romero. Aunque su historia es peculiar porque tras más de 20 años dedicándose al periodismo radiofónico e incluso al doblaje, optó por cambiar de rumbo para recuperar ese espíritu agrícola transmitido por su padre, que siempre ha sido viticultor.

“El cambio fue importante en lo profesional, en lo personal no porque he visto trabajar el campo toda mi vida. Cuando creces te das cuenta de los valores que te han inculcado tus padres y de lo que realmente te apasiona”, justifica. Así, a sus 40 años tomó su nuevo camino con el ojo puesto en Jumilla, de donde era su bisabuela.

Rosana Madrid Romero

Eso sí, nos reconoce que su formación inicial le ha servido “para seguir la línea de marketing y editorial” en su negocio, así como de enoturismo. No obstante, en su deseo de adquirir conocimientos para su proyecto, estudió Enología y Viticultura en la Universidad Miguel Hernández de Orihuela. “Mientras tanto, busqué un lugar en el que plasmar mi idea”, asegura.

Ese lugar terminó siendo la antigua Hacienda del Carche, a la que le dio un cambio de imagen. Contó además con la ayuda de su padre, quien les “asesora en el cuidado y el tratamiento del viñedo porque la calidad está en el campo” para elaborar unos excelentes vinos. Esos que pueden ser catados e incluso maridados con platos de alta cocina en una experiencia gastronómica única, dentro del restaurante que tiene la bodega, cuyo nombre es en honor a su madre.

Bodegas Madrid Romero

Rosana es “una más del equipo” aunque sea la gerente y ha realizado “de todo: limpiar, vendimiar, embotellar, llenar las barricas…”. Junto a otras tres mujeres más y un hombre que trabajan en Bodegas Madrid Romero, tiene actualmente en el mercado ocho vinos. En su opinión, ella no cree que haya diferencias entre géneros dentro del sector: “Por conocimientos, sabiduría y delicadeza o elegancia lo puede tener tanto un hombre como una mujer”.

Paqui Sánchez, responsable de Bodegas Lavia

Licenciada en Ciencias y Tecnologías de los Alimentos, la también nutricionista Paqui Sánchez comenzó su aventura en el mundo vinícola en 2011 con Bodegas Lavia. “Estaba trabajando en una empresa en Murcia y me salió la oportunidad. Al principio comencé cuando había seis socios en la bodega. Hacía de todo: labores de gestión, administración, representación, venta…”, recuerda.

Paqui Sánchez

También se ocupó de otras tareas directamente relacionadas con el producto: “Control de vendimia, embotellado y etiquetado”. Nos cuenta que cuando ella era pequeña y vivía con sus padres en Bullas tenía una “cooperativa vinícola debajo de casa”. Recuerda ese “aroma del vino” que impregnaba la calle en septiembre y octubre, “cuando los tractores llevaban la uva” hasta allí.

Años más tarde, cuando el proyecto de Lavia pasó a formar parte de MG Wines Group, a Paqui la nombraron Directora de Calidad de todo el grupo. Esto fue en 2019, aunque continuó siendo también responsable de la bodega.

“No es tan importante el género, sino la pasión que puedas tener por este trabajo”

“Lo mejor de trabajar aquí es que todos los días son distintos a lo largo del año y, además, ves cómo nace el producto final, la evolución desde que es uva hasta las catas. Es bastante gratificante ver todo el proceso y al final recibir incluso el agradecimiento de los clientes”, siente Paqui acerca de su trabajo.

En la parte de dirección de la bodega está acompañada por otra mujer, que es enóloga. “El papel de la mujer en este sector ha cambiado muchísimo, antes era muy complicado encontrarte a una, sobre todo en la parte de elaboración del vino. Ahora cada vez somos más. Creo que los vinos hechos con mujeres tienen ese toque más de sensibilidad. Pero no es tan importante el género, sino la pasión que puedas tener por este trabajo”, opina.

“Cuando empecé aquí en la bodega sentí que me abrían las puertas, me ayudaron todos”, cuenta satisfecha. Destaca que lo más importante para trabajar en el sector vinícola es tener “ilusión y pasión, pero también esforzarse y formarse” para alcanzar las metas. Independientemente de ser hombre o mujer.

Bodegas Livia

Pepa Fernández, propietaria de Bodegas Balcona

Desde el territorio amparado por la DOP Jumilla nos trasladamos hasta el de la DOP Bullas. Allí nos entrevistamos con la dueña de Bodegas Balcona, Pepa Fernández,  junto a sus otros cinco hermanos. Nos admite que “desde siempre” quiso “elaborar vino”. Su familia ha vivido de la agricultura toda la vida, sobre todo con viñedos.

Pepa Fernández

Su abuela, llamada Josefa “la Balcona” ya había sembrado la semilla para allanar el terreno de las siguientes generaciones. Estando viuda y con dos hijos, fue una mujer emprendedora y valiente que compró una finca a un terrateniente, en los años duros de la posguerra civil española: “La gente le decía que estaba loca, que se fuera al pueblo. Mi abuela es un ejemplo de esa mujer rural de la que nunca se ha puesto en valor su trabajo”.

Su madre Dolores siguió con la tradición viticultora familiar y se casó con su padre, quien fue uno de los socios fundadores de la primera cooperativa de Bullas allá por los años 50. Pepa nos cuenta que “en la Región de Murcia la cultura del vino que había era muy pequeña y prueba de ello es que, aquí en Bullas, a los enólogos se les llamaba químicos”. Por eso, ella comenzó a estudiar una carrera de Química.

“Pero mi sentido común me dijo que eso no era lo que yo necesitaba y me la dejé”, explica. Después estudió Educación Infantil, por lo que estuvo tres años ejerciendo de maestra. No obstante, “mantenía mi inquietud por hacer vino”. Esa oportunidad le llegaría finalmente a partir de 1997: “Se organizó una conferencia y asistió uno de los padres del Priorat catalán, Josep Lluís Pérez Verdú”, quien está considerado el gran revolucionario de la vitivinicultura moderna. “Nos contagió su filosofía y su manera de mimar el viñedo para obtener grandes vinos, de guarda, que mejorasen con los años en botella”. Después, con el esfuerzo y el trabajo de todos los hermanos, el proyecto fue creciendo poco a poco. A día de hoy, ya tienen incluso un producto ecológico certificado. Desde el principio, miman la materia prima para obtener unos caldos naturales, llenos de vida y de matices.

“el olfato y la capacidad de análisis organoléptico de las mujeres es muy importante”

Pepa ha desempeñado todo tipo de funciones en Bodegas Balcona, desde participar en la elaboración del producto hasta ocuparse del enoturismo y trabajar en otras tareas de promoción o contabilidad. Para ella, “el olfato y la capacidad de análisis organoléptico de las mujeres es muy importante”. Cree que igualmente la mujer “presta mucha atención a los pequeños detalles, sobre todo en la comercialización”.

Sobre la situación femenina actual en el sector, piensa que “sigue habiendo dificultades, como en otros sectores, especialmente por la conciliación familiar”. “Aunque cada vez se ven más mujeres que están al frente de bodegas, pero también en el mundo de la enología y la sumillería”, resalta.

Otros ejemplos de mujeres ‘vinícolas’

En el sector vitivinícola de la Región de Murcia hay muchas otras mujeres ya que ocupan cargos de responsabilidad o importantes dentro de cada empresa. Aquí resaltamos más ejemplos de enólogas como Marina Sánchez, dueña junto a Joaquín Sánchez de Bodegas Hydria; Pepa Carreño, que trabaja para Bodegas Carreño, propiedad de su padre; o también Mavi Pérez, propietaria junto a su marido de Bodegas Monastrell.

Igualmente están Ioana Paunescu, dueña y gerente de EGO Bodegas con su marido; o Elena Selva, enóloga y gerente de Bodegas Olivares en la tercera generación familiar. Valerie Durand, de Bodegas Silvano García; y Elisa Martínez, con su proyecto propio de vino EVOL, son otras dos enólogas que destacamos en este sector murciano.

Por su parte, el “empoderamiento femenino en un botella de vino” tiene dos nombres propios: Tamara y Sylvia. Ambas hermanas son las fundadoras de Baronesa San Bronte, una pequeña bodega, y también de AMMAVINO, asociación de mujeres amantes del vino.

Ya ocupando puestos laborales en otros departamentos, podemos nombrar a Inma Carpena (directora administrativa de Bodegas La Purísima); Isabel Huescar (responsable de tienda de Bodegas del Rosario); Azucena Abellán (responsable de Comunicación y Venta Online en Bodegas Carchelo); y, por último, a Nieves Sánchez, que es gerente de operaciones de la cooperativa Bodegas San Isidro de Jumilla, donde coordina a más de 1.000 viticultores.

Fuera del entorno bodeguero, en espacios gastronómicos en nuestra comunidad encontramos a las sumilleres Sandra Rausell, de ODISEO; a Esperanza Andreo, quien además ha montado su propio bar de vinos, La Gracia; y a la gran promesa de la sumillería murciana, Lucía Marcilla, quien ha comenzado a trabajar en el prestigioso Restaurante Arzak de San Sebastián.

Para terminar nuestro repaso, no nos olvidamos tampoco del trabajo que desempeñan las mujeres en las propias DOP. En la de Jumilla hay mayoría femenina. Mencionamos a Esther González (responsable de Comunicación y Marketing del CRDOP Jumilla) y a Emilia González (secretaria del CRDOP Bullas). Ambas nos han atendido muy amablemente para poder hacer realidad este reportaje con el que homenajeamos a la mujer en el sector vinícola. Los caldos murcianos, con un toque femenino, saben de maravilla.


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