“Este es el mayor reto de mi vida, pero no tengo miedo”
ENTREVISTA FELIPE MORENO, PRESIDENTE DEL REAL MURCIA.
Empresario de largo recorrido y convicciones firmes, Moreno asumió la presidencia del Real Murcia en un momento crítico. Con un estilo sereno y alejado de los focos, ha ido marcando un nuevo rumbo basado en la gestión rigurosa, la modernización y el respeto a una afición que nunca ha dejado al equipo. En esta entrevista repasa los desafíos vividos desde su llegada, la situación actual del club y sus planes para el futuro. Y también deja espacio para mostrar su faceta más personal.
El Real Murcia debía estar ya en Segunda División. Eso piensa Felipe Moreno, su presidente, aunque asume los acontecimientos con estoicismo. Su objetivo era terminar primeros, lo que habría supuesto subir directamente a 2ª división sin necesidad de disputar una fase de ascenso en la que el equipo cayó derrotado en un durísimo partido en casa, con un lleno histórico, incapaces de superar a un flojo rival. Pero el Real Murcia es de esos equipos acostumbrados a sufrir. Y su presidente lo sabe, pero es un hombre con fe. Fe y determinación, como dejará claro a lo largo de la entrevista. Y, pase lo que pase, este cordobés que nació en un pequeño pueblo hace 66 años, ya ha hecho más por un club acostumbrado a sufrir abusos y desengaños que, posiblemente, nadie en toda su historia. Alguien que tiene la ambición de darle la vuelta al sino funesto que parece perseguir al Real Murcia desde hace años.
En el despacho de Nueva Condomina donde recibe a Élite Murcia, ese que debería ser el suyo pero que —matiza— apenas usa, entra sonriendo con traje azul claro sin corbata. Se muestra cercano y abierto. Felipe Moreno es un presidente atípico. A pesar de la indumentaria, que ha escogido por la sesión de fotos, se define como “anti trajes, anti corbatas, anti formalismos”. Huye del protagonismo, del boato, de la imagen del presidente omnipresente. “No quiero placas, calles, estatuas, nada. Soy anti todo eso”, apunta. Le gusta pasar desapercibido, algo que, desde que está al frente del club, le cuesta cada vez más. “Una vez llegué a Brasil, y aún con el chándal del avión, bajo a la cafetería del hotel a cenar algo y un señor se me acerca: ‘¿Felipe Moreno?’ Le digo que sí, y me responde que él y su familia son socios del Real Murcia. No me lo podía creer”, recuerda entre risas.
Empresario de largo recorrido y convicciones firmes, Moreno asumió la presidencia del Real Murcia hace dos años. Era un momento crítico: el club se despeñaba por un abismo financiero que le abocaba a la desaparición. Acostumbrado a hacer frente a situaciones difíciles a lo largo de su vida, no se amilanó. Con un estilo sereno y alejado de los focos, ha ido marcando un nuevo rumbo. “Estamos en un proceso de reconstrucción de verdad. Mi idea es estar jugando en Europa en cuatro o cinco años. Soy ambicioso”, asegura.
UN EMPRESARIO HECHO A SÍ MISMO
Nacido en Torrecampo, en el Valle de los Pedroches, Moreno emigró con su familia a Madrid siendo apenas un niño. Su padre, albañil, fue primero; luego se llevó a su mujer y sus tres hijos. Felipe era el mayor. “Fui al colegio dos o tres años, no más. Había muchas necesidades y me tuve que poner a trabajar muy joven. Mi madre me dijo, ‘Felipe, o estudias o comemos’, y le dije, pues comemos. Con doce años ya llevaba pedidos en una tienda de ultramarinos”.
Asegura que su universidad ha sido la calle. “No me arrepiento. Aprendí mucho y sigo aprendiendo cada día”. Con 14 años comenzó como ayudante en una fábrica de muebles. Pronto demostró iniciativa. “Un día se fue un oficial y le pedí al jefe que me dejara sacar la máquina adelante. Sólo era un niño, pero me puso a prueba y respondí. La necesidad agudiza el ingenio”. Trabajaba a destajo, hasta el punto de que “dormía una noche sí y otra no para poder meter más horas. Llegué a trabajar 130 horas a la semana. Me llevé a toda mi familia a la fábrica, a mis amigos, del trabajo que generaba”, cuenta. Esa empresa se llamaba Euromusa, Europea del Mueble. “Fíjate cómo sería la cosa, que trabajábamos tanto y tan bien, que nos comimos a la empresa matriz”, recuerda con orgullo.
- ¿Le compensaba económicamente todo ese esfuerzo?
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- Te voy a contar una cosa que no le he contado nunca a nadie. Yo tengo 66 años y te estoy hablando de hace medio siglo. ¿Tú sabes cuánto ganaba yo hace 50 años? Llegué a ganar 300.000 pesetas al mes. ¡Al mes! No se lo creía nadie.
- ¿Qué hizo con ese dinero?
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- Lo primero que hice fue comprar un piso. No tenía todavía las ideas claras de negocio, pero con 18 años ya había comprado mi primera vivienda. Luego junté un millón de pesetas y di la entrada para un local. Ahí empecé con la hostelería.
- ¿Cuál fue su primer negocio?
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- Una cafetería. La abrí el 25 de mayo de 1981. Y desde entonces he montado más de 50 negocios: discotecas, bares, pizzerías, hamburgueserías, de todo. Siempre he sido un visionario. En el año 1989 empecé con agencias de intermediación. Y a finales de los 90, casi en el 2000, con la construcción.
- Es el ejemplo de un empresario hecho a sí mismo. Nada regalado.
- Me lo he currado desde muy joven. Aprendo rápido. Si tengo que plantar un limonero, lo planto. Si tengo que construir, construyo. Y si haces algo que te gusta, produces el doble como mínimo. Cuando no te gusta, las horas se hacen eternas. Es un desastre total.
DE LOS NEGOCIOS AL FÚTBOL
En 2008 se adentró en el mundo del fútbol como padre de un jugador. Luego vendría su etapa en el CD Leganés, donde estuvo 14 años. “Era todo muy familiar. En cambio, aquí mi familia se ha quemado. Me han dicho: ‘Si quieres volverte loco, hazlo tú solo’. Y aquí estoy”.
Explica que estuvo estudiando varios clubs de fútbol, pero que tuvo claro desde el principio que quería al Real Murcia. “Es el más grande. Y ya que te metes en algo, mejor hacerlo a lo grande”. Pero no sabía lo que se le venía encima. “La deuda era gigantesca. Estaba para liquidarlo. Había que estar loco para meterse en esto. Pero me gustan los retos. Este es el mayor reto de mi vida, pero no tengo miedo”, afirma. “Este es un club con una región de influencia tremenda: dos millones de personas entre el norte de Almería, la Vega Baja, el este de Albacete… Tenemos peñas incluso en Hellín o Tobarra”.
- ¿Cuánto ha invertido hasta ahora?
- Unos 20 millones de euros. Pero lo importante no es la inversión, sino todo lo que había detrás: deudas con administraciones públicas, privadas, antiguos accionistas… problemas por todas partes.
De esos 20 millones, aclara, siete han sido en capital y el resto préstamos. “Si hay beneficios, se recupera. Si no, se pierde. Pero yo, ahora no pienso en recuperar, pienso en que habrá que poner más”, dice sin darle demasiada importancia.
No han faltado los obstáculos, lamenta. “Nos han puesto muchas zancadillas. Algunos por frustración, por no haber podido ellos sacar esto adelante. Tenemos juicios en marcha. Pero seguimos. Esto no va de egos, va de salvar al club”, destaca.
PASIÓN POR EL MURCIA
Felipe Moreno confiaba plenamente en el ascenso del Real Murcia y la eliminación en semifinales del playoff fue un duro golpe. Confiesa que lo vivió como uno de los mayores reveses de su vida. La derrota le afectó tanto que el sábado no pudo dormir, el domingo apenas podía levantarse, y no fue hasta el martes cuando logró recuperar el ánimo.
- Usted tenía mucha confianza en el ascenso. ¿Cómo ha vivido la eliminación en semifinales?
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- Como un drama. Yo estaba super ilusionado y creía firmemente que íbamos a ascender. No hemos dado la talla. Lo he vivido como una de las mayores desilusiones de mi vida.
- ¿Qué cree que ha fallado en este playoff?
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- Pienso que a lo mejor tendríamos que haber ido más a por el partido, pero no tiramos a puerta más que una vez… Y ellos no hicieron mucho más. Nos valían dos resultados de tres y no fuimos capaces. Fue una frustración muy grande no haber pasado a la final, con un campo con un lleno histórico y la ilusión que se había creado en la ciudad.
- ¿Cree que al equipo le pesó la presión del entorno?
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- Puede ser. Saber lo que nos estábamos jugando, salir a este campo… Jugar aquí impone. Es un estadio de Primera División. Yo creo que les pudo la presión personal.
- ¿Qué aprendizaje extrae para el futuro inmediato del club?
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- Hay que trabajar más el tema psicológico durante toda la temporada. Que los jugadores tengan claro dónde están. Este es un club muy grande para esta categoría. El objetivo no cambia, solo se retrasa un año.
- ¿Siente el respaldo de la afición pese al resultado?
- Espectacular. La afición de 10. Me ha dado mucha pena no poder darles esa alegría, pero siento su apoyo.
Pese al revés, Felipe Moreno asegura que su compromiso con el club es firme y que no se aparta del objetivo: el ascenso. “Hay que seguir trabajando como si no hubiera pasado nada”, subraya.
Ahora, la otra gran batalla se libra en los tribunales. El próximo 9 de julio se resolverán las impugnaciones a su plan económico, un trámite decisivo que podría poner en riesgo la estabilidad del proyecto. “A ver si ahí nos acompaña un poco la suerte”, concluye esperanzado.
LA CIUDAD DEPORTIVA
Entre los grandes proyectos que tiene entre manos, destaca uno: la ciudad deportiva. “Ya está presentado al Ayuntamiento. Será sostenible, inteligente, con sistemas de reciclaje de agua y energías renovables. Todo aprovechado. Hasta la última gota”, explica.
- ¿Cuándo podría arrancar?
- Si nos dan el visto bueno en junio, en octubre o noviembre podríamos tener lista la primera fase, que conlleva los primeros 4 campos. Se hará en tres fases. Al final, hablamos de 180.000 metros cuadrados.
El proyecto contempla vestuarios, módulos habitacionales, restaurante, tienda… “Y si todo va bien, llegaremos a tener 9 campos, 3 de ellos de césped natural”. Le brillan los ojos cuando habla de los proyectos que tiene para el Real Murcia. “Aquí los días son tan intensos que no me acuerdo ni de lo que pasó hace una semana. Pero sé que estoy viviendo algo único. Da para escribir un libro. Te aseguro que si vendes la historia del Murcia a Netflix, se acaba la deuda del club”.
- Ha mostrado una gran generosidad. Da la sensación de que lo que ha hecho usted por el Real Murcia, no lo ha hecho nadie antes.
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- Bueno, en la vida todos no somos iguales. Lo que no se ha hecho en 20 años, lo estamos haciendo en un poco más de 20 meses. Y lo digo siempre: las gracias me las dais cuando lo deportivo se cumpla. De momento, no hemos hecho nada. Cuando estemos arriba, entonces sí.
- ¿Se ve aquí muchos años más?
- Ya lo he dicho en alguna junta y en alguna asamblea de accionistas: mientras yo tenga salud y me queráis, aquí me tenéis. Y ya lo verás, llegaremos muy lejos con el Real Murcia.
DE CERCA
¿Un estadio que le haya emocionado? Este, Nueva Condomina. No tengo otra cosa que no sea el Real Murcia en mi cabeza.
¿Un jugador que ficharía sin pensar en dinero? Lamine Yamal.
¿Comida murciana favorita? El zarangollo.
¿Ascenso o estabilidad económica? Ascenso.
¿Qué suena en su coche? Me gusta Rafael y Julio Iglesias.
¿Una palabra para definir al Real Murcia? Triunfo. Orgullo. Pasión.
¿Barça o Madrid? Era del Madrid, pero sin fanatismo.
¿Lugar para desconectar? El mar.
¿Alguien que le haya inspirado? Gente que ha llegado alto sin estudios.
¿Madrugador o trasnochador? Madrugador, aunque también trasnocho.
¿Qué no falta en su nevera? Agua.
¿Manía confesable? Limpiar los cubiertos aunque estén limpios.
¿Qué le hace perder la paciencia? Repetir las cosas dos veces.
¿Y qué le hace reír? Un buen chiste.
¿Un sueño pendiente? Viajar más.