‘Sabores de Albacete’ seduce a Murcia con una fiesta culinaria de hermanamiento y creatividad

Doce platos, cuatro cocineros, una tierra invitada y una sala repleta de críticos, influencers y amantes del buen comer. Así se vivió el evento ‘Sabores de Albacete, el placer de lo nuestro’, una iniciativa del Ayuntamiento de Albacete y la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (APEHT) que convirtió el restaurante Local de Ensayo en un escenario de hermanamiento gastronómico entre Murcia y la vecina Castilla-La Mancha.
El encuentro, dirigido a prensa especializada, sumilleres, representantes institucionales y profesionales del sector, fue mucho más que una comida. Fue una declaración de intenciones. Una forma de mostrar que la cocina albaceteña está lista para cruzar fronteras, con propuestas que parten del recetario tradicional para reinterpretarlo con técnicas actuales, sensibilidad estética y un profundo respeto por el producto.
Carlos Arjona (La Bonita 1850), Bartolo Lozano (Jardines Puerta de Madrid), Juan Monteagudo (Ababol, con estrella Michelin) y Rafael Herrero (Dallas) fueron los responsables de dar forma a un menú degustación elaborado a ocho manos. Un recorrido por sabores manchegos con toques murcianos, en el que cada plato contaba una historia. Desde los torreznos de pollo, lomo de orza o paté de perdiz con higos, hasta una creativa caballa en bienmesabe como guiño a la fusión de ambos territorios.
El menú fue creciendo en intensidad con propuestas como la trucha ahumada, la coliflor en texturas —que sorprendió por su delicadeza— o el bombón de manitas con ajoblanco y vieira. No faltó el bacalao de la abuela ni los gazpachos manchegos que evocan los guisos lentos de siempre. Como colofón, un coulant de queso manchego, cálido, fundente y memorable, que dejó a más de uno sin palabras.
La armonización estuvo en manos de Juan Enrique Gil, elegido Mejor Sumiller de Castilla-La Mancha 2024 y premiado por tercer año consecutivo. Su selección incluyó vinos con D.O. Almansa, La Mancha y Jumilla, entre ellos el blanco Vestiglum Pardilla, el tinto Sentido de la Vida de Bodegas Cerrón y el sorprendente Tintoalba Dulce 2023, un vino fresco de Garnacha Tintorera sobremadurada que fue uno de los grandes descubrimientos del día.
Con una cocina a la vista que permitía seguir el vaivén de los chefs desde las mesas, el ambiente fue de camaradería, admiración y complicidad. Lejos de la visión competitiva que a veces se proyecta sobre el sector, los cocineros reivindicaron la amistad que los une y la importancia de colaborar para visibilizar el talento local. “Somos una gran familia”, expresó Carlos Arjona, mientras Juan Monteagudo dejaba abierta la puerta a nuevas citas: “Queremos que este solo sea el primer paso de una gran hermandad gastronómica”.
El evento, al que asistió el alcalde de Albacete, Manuel Serrano, y autoridades de ambos municipios, forma parte de una campaña de promoción que continuará en otras ciudades limítrofes con el objetivo de impulsar el turismo de cercanía a través de la cocina. Una estrategia que demuestra que, más allá de las rutas o los monumentos, el sabor también puede ser destino.
Porque al final, como recordaron los chefs, lo verdaderamente importante no está solo en el plato. Está en lo que pasa alrededor de la mesa. Y en Murcia, esa mesa, supo a celebración.