EM. ¿Quién es Raquel Pérez?

RP. Soy una mujer muy soñadora, mamá de cuatro niños preciosos, muy apasionada por cada cosa que hago, humilde y un poco exigente conmigo misma, además de divertida. Vengo de una familia muy humilde y trabajadora, que me enseñó que la vida no te regala nada, pero que, si visualizas y persigues un sueño, el sueño se cumple, y el mío se cumplió.

EM. ¿Cuál es tu formación profesional? 

RP. Empecé en el mundo dental, (estudié Protésico Dental en Valencia), y con 24 años comencé a trabajar en clínicas dentales en Alicante. Ahí empezó todo, descubrí un mundo apasionante: conocer a una persona y ayudarla a quererse y valorarse más, me encantó, y además se me daba muy bien.

EM. ¿Cómo decides entrar al mundo de la estética?

RP. Es gracioso pensar que vengo del mundo dental. Empecé pensando lo importante que es sonreír a la vida y que, para ello, qué mejor que contar con una sonrisa bonita. A partir de ahí empezó mi pasión por la belleza y el mundo de la estética.

Al poco tiempo del puesto de atención al paciente, empecé a dirigir equipos y seguí creciendo coordinando varios centros de trabajo en Alicante. Entonces me ofrecieron la oportunidad de volver a mi ciudad, Murcia, como gerente de mi propia empresa, y el hecho de crear mi propio equipo me entusiasmaba.

Así comenzó mi primera gerencia de Clínica Dorsia en Murcia, un gran reto en el que me embarqué con 28 años, convirtiéndome así en la franquiciada más joven del Grupo Dorsia.

EM. ¿Fue fácil emprender este proyecto? ¿Qué recuerdas de los inicios?

RP. Creo que las cosas verdaderamente importantes nunca son fáciles. Además, se valoran mucho más si te las curras y se hacen cuesta arriba. Empecé mi proyecto en tiempos difíciles, en agosto del año 2008, venían años complicados económicamente, pero la realidad es que nunca contemplé la posibilidad del fracaso, pese a que la medicina y la cirugía estética no estaban tan en actualidad como ahora.

Mis inicios fueron de incertidumbre y dedicación plena, empecé con mi hermana de asesora estética y mi madre en el mantenimiento de la clínica, ellas me ayudaron mucho en mis comienzos.

Además, uno de mis grandes logros y de lo que más orgullosa me siento, es como he tenido la oportunidad de ver crecer profesionalmente a personas que adoro y que empezaron conmigo. Cómo, de alguna forma, he podido influir en ellos para que tengan su propio crecimiento profesional y sus propios logros. Recuerdo que mis pensamientos eran, “si tengo para pagar gastos, empleados y yo tengo un buen sueldo me conformo”. No pedía más, me encantaba mi proyecto y me sentía recompensada, pero fue mucho mejor de lo que podía imaginar.

EM. Además de en estética, también habéis creado un importante espacio de atención psicológica, ¿suelen ser estos servicios complementarios o por el contrario no hay clientes similares?

RP. Trabajamos con un departamento de psicología y psiquiatría, llamado Clínica Origen, que no se podía llamar mejor, ya que todo tiene un principio, nuestros pensamientos sobre nosotros mismos, y creo que es lo más importante. Si cuidamos nuestro aspecto físico para sentirnos mejor por fuera cómo no lo vamos hacer interiormente, la Clínica Origen y Clínica Dorsia, van de la mano. La atención psicológica refuerza todos nuestros tratamientos.

EM. ¿Cuántos centros gestionas en total en la Región de Murcia?

RP. Bueno, yo sola no los gestiono, mi marido y socio me ayuda mucho. Él se hace cargo del departamento de facturación y doctores, hacemos un buen equipo. Tengo centros de diferentes especialidades y en diferentes ciudades de España: en Granada hay dos, en Almería, El Ejido y Albacete. En Murcia gestionamos dos Clínicas Dorsia (Av. Constitución y Av. Juan de Borbón) y una Clínica Origen.

A todo esto le sumamos una Clínicas Eva de Fertilidad, una clínica que inauguramos en el 2012, un centro de increíbles experiencias en el que hemos podido ayudar a muchas personas a cumplir su sueño de ser padres.

EM. ¿Cuál es tu día a día como empresaria?

RP. Honestamente, es un poco complicado, ya que combino mi trabajo con mis cuatro niños y a veces hay que hacer muchas composiciones para poder conseguirlo todo, pero lo cierto es que una de las cosas que más me gusta de mi rutina y mi trabajo es que cada día me sorprende.

A día de hoy mi responsabilidad es hacer que todo el departamento de personal y comercial funcione, con reuniones y formaciones. Me gusta seleccionar o ayudar a todas las selecciones de personal que se hacen en las clínicas.

Me he rodeado de unos equipos increíbles, responsables e implicados en los diferentes departamentos, creo que es muy importante para que funcione todo.

EM. ¿Qué ha sido lo más complicado de afrontar en estos años?

RP. Renunciar a momentos de poder estar con mis hijos y no poder estar con ellos tanto como me gustaría ha sido sin duda lo más difícil para mí.  Pero sin duda, otra cosa que me caracteriza es que me gustan los retos, combinar mi crecimiento profesional con la maternidad ha sido muy duro, pero actualmente los puedo disfrutar mucho más y eso me hace muy feliz.

EM. ¿Y lo más gratificante?

RP. Lo más gratificante para mí ha sido comprobar con el paso de los años que he podido influir en muchas personas, tanto trabajadores como pacientes. Que de alguna forma les he podido ayudar a través de mi entusiasmo y con su confianza.

EM. ¿Tanto crece la demanda de tratamientos?

RP. Sí crece la demanda, en mujeres y en hombres. Las mujeres empiezan más jóvenes que antes hacerse cositas estéticas y a los hombres les gusta cuidarse más ahora, se ha normalizado mucho. También ha crecido mucho la competencia, Murcia es una ciudad con mucha competencia y hay que cuidar mucho los detalles para fidelizar.

EM. ¿Qué tipo son los más demandados?

RP. Podríamos decir que el BOTOX (como dice mi medico estético) es “un fondo de armario”, aunque también destacan la demanda de aumento de labios y aumento de pecho en cirugía estética. Aun así, dependiendo de las necesidades reales que tengan las personas, los doctores personalizan el tratamiento.

¿Qué es lo más importante a tener en cuenta cuando alguien visita la clínica?

RP. La persona tiene que tener claro cuáles son sus expectativas y cuál es la realidad de lo que se puede conseguir. Lo más importante es quererse y aceptarse. Trabajamos mucho en estos valores y somos una empresa muy viva, siempre volcados en superarnos y cada vez hacerlo mejor.

EM. ¿Crees que somos esclavos de nuestra imagen?

RP. Si digo que no, miento. Cuando te miras al espejo te tiene que gustar lo que ves, y muy pocas veces pasa. Da igual como seas, la mayoría de personas siempre quieren “verse mejor”.

Llevo muchos años trabajando con la belleza de una forma u otra y la verdad que lo que más me ha sorprendido es la transformación de la personalidad a positivo con el cambio estético. Cómo las personas llegan a la clínica, después de sus tratamientos estéticos, más arregladas, sonriendo y más seguras de ellas mismas. Yo le llamo “la transformación”.

Al final la televisión, las redes sociales y el afán de superación hacen que te quieras ver mejor.

EM. ¿Existe un canon de belleza actual que se persiga?

RP. Al final siempre tenemos un referente estético, que queremos imitar, pero en nuestros centros no suelen pedir algo en concreto. Las personas quieren mejorar, y si las expectativas que traen son equivocadas, o llevan un canon de belleza en su cabeza, nos puede servir de orientación, pero los tratamientos siempre son muy personalizados.

En lo que más ha evolucionado la Medicina y Cirugía Estética es la naturalidad del resultado, la armonía, las tallas moderadas, una mejora sin que se note en exceso, pero como he comentado antes, depende de las expectativas del paciente.

EM. Después de tantos años trabajando en el área de la belleza, cuando miras a la gente, ¿analizas cómo podrían mejorar? ¿les haces un antes y un después con la mirada?

RP. Los primeros años sí me pasaba, analizaba a las personas de mi entorno, en las entrevistas de trabajo, en las reuniones de amigos, no podía evitarlo. Además, ¡me preguntaban en mucho! Ahora no, ya no, solo si me preguntan les recomiendo.

Es gracioso, durante muchos años, miraba a una mujer y pensaba cómo podía mejorar con poco que se hiciera, pero ahora que tengo más experiencia en asesorar, a día de hoy no me pasa.

EM. ¿Cuáles son tus retos para los próximos años?

RP. El primero y más importante: ser feliz y poder dedicarme un poco más de tiempo a mí. Poder estar con mis hijos más, también, es algo que ya estoy haciendo y me hace muy feliz.

Otro reto importante, seguir creciendo profesionalmente y hacer que puedan seguir creciendo mis trabajadores. Ayudarles a proyectarse y que sientan o vivan la experiencia tan bonita que he vivido yo, creyendo en ellos y que puedan conseguir sus propios proyectos.

EM. ¿Cómo te gusta que te definan tus pacientes?

RP. Como una persona autentica y de confianza. Esa misma pregunta se la hacía yo a ellos, durante mucho tiempo, casi siempre me contestaban, “me das mucha confianza” “siento que me entiendes”.

Mis pacientes son todo, sin ellos, mi trayectoria profesional no habría existido. Confiaron en mí, me hicieron ser lo que soy profesionalmente. Me encantaría PODER DARLES LAS GRACIAS, por haber confiado en mí.

EM. ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que no se sienten cómodas con alguna parte de su cuerpo?

RP. Esa pregunta es complicada. Les diría primero que vengan a Clínicas Dorsia, que les podemos ayudar. Lo más importante es quererse y aceptarse, que no quiere decir conformarse. Se lo he dicho a muchos pacientes, una vez que empiezas a cuidarte de cualquier manera, la alimentación, deporte, pasear, todo empieza a cambiar. Que se levanten por la mañana, se pongan del armario lo más bonito que tengan, se pongan un tacón, se maquillen y salgan a la calle, seguro que el día les va mejor. Que se quieran a ellos mismos, que se dediquen más tiempo y que hagan algo para y por ellos, que no se lo están quitando a nadie, que les pertenece a ellos y que se lo merecen.

A las mamás que sienten que no tienen tiempo, eso pensaba yo, pero estaba equivocada, se puede encontrar tiempo para una misma. Somos el pilar de muchas cosas para no cuidarnos. Por cuidarte un poco no se quiere menos a un hijo, al revés, “si tú estás mejor, ellos están mejor”.