
EL ARTE COMO CONEXIÓN INTERMEDIADORA EN TIEMPOS DE COVID
Es evidente el axioma que demuestra que, a lo largo de la historia, la mujer ha estado en un plano paralelo a la realidad creada por los hombres, su propia cosmovisión, ésa en la que la mujer no tenía cabida como igual, pero sí como ser inferior. No estamos hablando solo de la prehistoria, hablamos de la historia universal y sus intentos de igualdad a raíz de finales del siglo XIX, pero no sería real el cambio de paradigma hasta bien entrado el último cuarto del siglo XX, a partir de ahí, el mundo comienza a experimentar que la mujer se revela, tras cientos de miles de años está rompiendo estereotipos que la tenían anclada a un mínimo espacio de servidumbre y patriarcado.
A partir de los años 70 del pasado siglo la mujer comienza a encontrarse consigo misma, y muchos hombres serán conscientes del derecho de igualdad de las mujeres y las apoyarán incondicionalmente como iguales. Esto lo tenemos que extrapolar a la exposición que las une en Ámbito Cultural de El Corte Inglés:

“SORORIDAD ARTÍSTICA II”. EL ARTE COMO CONEXIÓN INTERMEDIADORA EN TIEMPOS DE COVID
El mundo ha dado un cambio radical, nos encontramos ante una pandemia sin precedentes, El COVID-19, pero a pesar de la gravedad de la situación, el arte, los artistas y lo que les rodea han decidido seguir creando, de manera telemática, presencial con restricciones, y todos los cuidados necesarios, el mundo del arte está más unido que nunca y adaptándose a las circunstancias.

Las ocho artistas que participan de este evento cultural y artístico son: Ana Hernández Morote, Mª Ángeles Lajara, Elva Fuertes, María Joaquina Sánchez Dato, María José Caride, María Luisa Martínez León, Pau Pellín y Santi García Cánovas. Son grandes profesionales dentro del mundo del arte en la Región de Murcia. Todas ellas han expuesto a nivel internacional y nacional y, con esta exposición, son un claro ejemplo de empatía y soporte para poder mostrar la desigualdad aún existente en todos los ámbitos.
Ellas son parte importante en el espacio del arte, pero también son conscientes de que es necesario aumentar la ratio de mujeres en las exposiciones colectivas, y ser partícipes de las salas de arte para exposiciones individuales, algo que es más complicado.

Artistas que han saltado los obstáculos que la vida les iba poniendo y que no han dado un paso atrás, todas ellas compaginan su trabajo artístico y otros, con su vida personal que comparten con quienes las requieren, multitareas, pero también sacan fuerzas y tiempo para ser multidisciplinares dentro del arte.

Tenemos que pensar en la deconstrucción de la identidad femenina contemporánea, en este caso dentro del ámbito del arte, y es ahí donde entramos nosotros, los actores, que leyendo con nuestros ojos y mente sus obras de arte, dedicadas a la mujer y, extrayendo un significado que aporte más compresión hacia la situación de la mujer en el mundo, o en los múltiples submundos en los que nos movemos intentando emerger y ocupar el lugar que nos corresponde. La relación entre arte e igualdad va emergiendo y situándose dentro de la normalidad, pero todavía queda mucho por hacer, y bajo ningún concepto las artistas son invitadas, tienen derecho a usar los espacios expositivos de igual manera que lo hacen los artistas hombres.

Son tiempos de nuevas adaptaciones, de empatía y de sostener la cultura en todas sus ramificaciones, y es ahora más que nunca, cuando debemos mantener vivo aquello que nos diferencia y a la vez nos caracteriza como humanos: la cultura, en su más amplia definición.

El arte como vehículo de evolución social en continuo movimiento, por eso, la mirada hacia el arte, ha de ser holística.
