La exposición ‘Murcia de la A a la Z’, una muestra única comisariada por Pedro Ayala que recoge 29 dibujos originales del artista José María Párraga, abrirá sus puertas el 11 de junio a las 20:30 horas y permanecerá abierta hasta el 26 de junio de 2025.

Los dibujos que conforman la exposición fueron creados para el libro homónimo, publicado en 1973, y en ellos Párraga ofrece un recorrido visual por las formas y palabras más huertanas y típicas de Murcia. En cada uno de estos dibujos, Párraga fusiona su talento artístico con su amor por la región, mostrando con gran maestría tanto la estética como la esencia de la cultura murciana.

A lo largo de la muestra, los visitantes podrán explorar el imaginario visual que el artista creó para ilustrar las letras del abecedario a través de símbolos, paisajes y personajes que forman parte de la identidad murciana. La exposición es un homenaje a la riqueza cultural de Murcia y a la trayectoria de un artista cuyo legado sigue vigente en el panorama artístico español.

Murcia de la A a la Z

Zarangollo toponímico murciano

Bajo este nombre el escritor, historiador y crítico de arte, Antonio Martínez Cerezo, publicó en el año 1974 para la colección ‘Hoja de laurel’, el que sería hasta la fecha una oda al vocabulario de la huerta y el habla murciana. Entre sus 375 páginas, el lector se encuentra con un mundo ya desaparecido, explicado a la perfección con cada palabra del extinto, que no olvidado, ‘panocho’.

Para las ilustraciones interiores de este libro, Martínez Cerezo contó con el afamado pintor José María Párraga, el cual ejecutó una selección de dibujos en rotuladores para cada letra del vocablo representado en sus páginas. De esta manera, plasmó dentro del universo creativo del artista, no solo la huerta y las tradiciones de Murcia, sino escenas compositivas que, si bien rozan el surrealismo, reflejan a los hombres y mujeres de esa época.

En esta exposición se muestra el total de dibujos que realizó para este encargo, demostrando su saber hacer y dominio del trazo. José María, vuelve a conseguir con algo que le apasionaba, como era el dibujo, que el espectador se quede embelesado contemplado cada obra, desmembrando y descubriendo cada juego compositivo, que si bien nos sacan de la realidad en la que vivimos, nos sumerge en el mundo creativo del que solo Párraga conseguía asombrar al público.