“La igualdad es uno de los objetivos de la Unión Europea”

EM. Empecemos por el binomio Unión Europea e igualdad de género. ¿Qué te sugiere?

TA. Muy bien, comencemos. Tengamos en cuenta que la Unión Europea es un proyecto de valores. Y la igualdad de género es un valor fundamental de la Unión Europea y es, también, un derecho humano reconocido universalmente.

Por ejemplo, en el Tratado de Roma se constata ya el espíritu europeo en este sentido. Y es que desde 1957 el principio de igualdad de retribución para un mismo trabajo sin discriminación por razón de género está en el artículo 119. Después, a lo largo de los años, naturalmente, el enfoque ha ido evolucionando. La igualdad de género ha ido ampliando este matiz y dando cabida a otros ámbitos para impulsar iniciativas, fomentar buenas prácticas e incorporar medidas encaminadas a alcanzarla. La igualdad es, pues, uno de los objetivos de la Unión Europea. Es un principio que se va reforzando a lo largo del tiempo. Por citar algún dato concreto: en el Tratado de la Unión Europea se promueve la igualdad entre hombres y mujeres. Y también está recogido en el artículo 21 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Otro texto interesante que señalar es, por ejemplo, el Libro Blanco sobre el Futuro de Europa en el que se reafirma el compromiso político de Unión con la igualdad de género.

En fin, vemos que se va avanzando. Lentamente, sí, pero se va avanzando en la dirección correcta, en mi opinión. Pero, claro, tenemos que pensar que esto supone, de alguna manera, que hay que modificar las reglas del juego y eso lleva su tiempo.

 EM. ¿Qué instrumentos concretos de la Unión Europea destacarías en lo que a igualdad de género se refiere?

TA. A ver. Por ejemplo, prevenir y luchar contra los estereotipos de género, proteger los derechos de la mujer y conseguir una equilibrada participación de mujeres y hombres en la toma de decisiones políticas y públicas, son objetivos, digamos, transversales a todas las instituciones y organismos de la Unión Europea y que forman parte, digamos, de su complejo ADN. Ya lo hemos comentado, es una cuestión de valores, sí. Pero yo destacaría, por ejemplo, como muestra palpable de esa sensibilidad de la Unión Europea hacia estas cuestiones, el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, en sus siglas en inglés). Es una agencia que apoya a los Estados miembros y a todas las instituciones comunitarias en todas la cuestiones relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres. Resumiría sus objetivos en uno: integrar la perspectiva de género en todas las políticas europeas. Una tarea tan necesaria como compleja e interesante que en definitiva, sin duda, es cosa de todos. El EIGE publica un Informe sobre la Igualdad de Género. Es una herramienta que resulta muy útil para saber dónde estamos, en qué punto nos encontramos, hacia dónde nos dirigimos en este ámbito. Y trabaja con parámetros tales como el trabajo, el dinero, el tiempo, el conocimiento, el poder y la salud. Así que cada informe es como un mapa en clave de género bajo la perspectiva de estos indicadores que sirve de apoyo a la adopción de medidas a favor de la igualdad.

También es interesante señalar que a la hora de solicitar financiación europea, por ejemplo, a través de programas (Erasmus Plus, Life, Horizonte Europa, etc.) en la formulación de esos proyectos para obtener el apoyo de UE, la Comisión Europea pone énfasis en los criterios de género como indicador relevante. Es otra forma de incentivar la participación activa de las mujeres en la construcción del proyecto europeo.

Y, claro, destaco también la llamada Estrategia Europea para la Igualdad de Género, un nuevo plan de acción de la Comisión Europea en línea, también, con los conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. Fíjate lo que dice la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sobre esta estrategia 2020-2025: «La igualdad de género es un principio fundamental de la Unión Europea, pero todavía no es una realidad. En los negocios, la política y la sociedad en su conjunto, solo podemos aprovechar todo nuestro potencial si utilizamos nuestro talento y diversidad. Utilizar solo la mitad de la población, la mitad de las ideas o la mitad de la energía no es suficiente».

 EM. En España, el Parlamento Europeo promueve, en este sentido, Dónde están Ellas, una iniciativa, en la que, por cierto, estás muy comprometida. Cuéntanos.

TA. Una iniciativa excelente que se inicia en 2018 en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid, sí, con el fin de dar más visibilidad a las mujeres en espacios públicos y subrayar la importancia de su presencia en ámbitos profesionales. Aquí quiero destacar el papel de la directora del Parlamento Europeo en España, María Andrés Marín, cuyo compromiso con esta causa va más allá de lo meramente profesional. En estos temas hay que “mojarse”, no se puede ser tibio y ella enarbola magníficamente esta bandera.

A Dónde Están Ellas cada vez se van sumando más instituciones. En nuestra comunidad, por cierto, se han adherido varias. Eso está muy bien. Pero necesitamos más. Esta iniciativa no es una foto, no es algo circunstancial sino un ejercicio de constancia, perseverancia y militancia en lo que a igualdad de género se refiere.

Además, seguro que has oído hablar estos días de la iniciativa #NoMoreMatildas a propósito del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia que celebramos el pasado 11 de febrero. Lo promueve la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas para tratar de poner fin a la discriminación de la mujer en la ciencia y subrayar la falta de referentes científicos femeninos. En resumen, No More Matildas viene a decir que necesitamos más referentes femeninos a partir de reflexiones tales como qué hubiera ocurrido si Einstein hubiera sido mujer. Por cierto, ya que nos ponemos, también estaría bien pensar en qué hubiera ocurrido si Leonardo hubiera sido una mujer. Ahí lo dejo. Bueno, pues también el Parlamento Europeo en España apoya esta magnífica idea. Creo que es significativo y dice mucho sobre su compromiso y el compromiso de la Unión con la igualdad. Fíjate, estos días hemos sabido, por ejemplo, la que Agencia Espacial Europea, la ESA, está buscando mujeres astronautas. ¡Quién nos lo iba a decir hace unos años!

 EM. ¿Cómo ves el futuro de Europa, ese futuro de la Unión Europea post Covid en clave de género?

TA. El futuro de Europa lo veo y lo siento con optimismo, con esperanza. Naturalmente soy consciente de que hay mucho por hacer pero estoy convencida de que esto es de todos, y rotundamente, merece la pena. La Unión Europea es un proyecto en construcción que va incluso más allá de tratados y acuerdos comerciales. Dicen que no hay que desaprovechar una buena crisis y este es un buen momento para poner el foco en que es un proyecto de valores: democracia, solidaridad, igualdad, libertad, etc. La ciudadanía europea está vinculada a los derechos,…Se habla con frecuencia del coste de la no Europa. Muy importante. Hay que estar aquí, dentro y participar, sí o sí.

En lo que respecta a la igualdad de género tenemos que conseguir que se comprenda, se comparta, se interiorice hasta lograr que sea plena. La pandemia nos somete a desafíos, claro. Pero el proyecto europeo tiene que seguir su rumbo. La mejora de la vida de los ciudadanos incluye la igualdad de género. La igualdad genera crecimiento, no lo olvidemos.

Instrumentos e iniciativas como el Pilar Europeo de Derechos Sociales considera que la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres debe garantizarse y fomentarse en todos los ámbitos. El Pacto Verde Europeo integra la igualdad de género y el plan de regeneración para Europa, #NetxGenerationEU, es también una oportunidad en este sentido. Hay que cambiar los enfoques, sí, para que estos instrumentos surtan realmente efecto en este sentido. La llamada Conferencia sobre el Futuro de Europa será una ocasión excelente para debatir sobre este asunto capital. Hay que fomentar la creación de ecosistemas de igualdad para trazar un futuro para a igualdad plena de género en la UE.

 EM. Por cierto, para terminar, ¿qué les dirías a las niñas, a las chicas de hoy que serán las futuras mujeres del mañana?

TA. A las niñas y a los niños, a todos. Les dotaría de instrumentos para que no les vendan películas y, mucho menos, películas malas. Hay que invitarles a reflexionar a partir de buenas prácticas, de ejemplos reales. Hay tanta desinformación, circula por ahí tanto bulo y tanta gente vendiendo humo en nombre de tanta sandez…Les diría que escojan sus sueños, que no se dejen atrapar por los sueños de otros porque al final pueden resultar pesadillas. Educación, educación y educación. Y perseverancia y buena voluntad. Concienciación. Y mucha verdad. Que eso de querer es poder no funciona siempre. Que empiecen por conocerse, por reconocerse, por quererse e identificar sus capacidades y talentos así como las limitaciones. Y a partir de ahí que trabajen sus sueños. Tampoco les hace falta comerse el mundo, ¿para qué? ¡Cuidado con esos mensajes que al final se pueden atragantar! Una vez que crezcan y encuentren su lugar entenderán que es mejor que eso que llamamos el mundo no acabe desbordándoles. Tienen que aprender a identificar tanto sus espacios de felicidad como los de no felicidad; eso es fundamental. Les diría tantas cosas, vaya…Sobre la importancia de la igualdad, el respecto, la tolerancia, la solidaridad. Que pongan sus talentos a funcionar a favor de obra, al servicio de la sociedad. Los talentos y las capacidades tienen valor en tanto en cuanto se ponen al servicio de los otros. Eso les resultará muy satisfactorio. Qué aprendan a discernir precisamente dónde conseguir estas satisfacciones. Que no todo vale. Oye, y ya que nos ponemos pues que necesitamos que las voces de los jóvenes se oigan en la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Que no dejen que nadie hable por ellos. El futuro está en sus manos, ya, ¡menuda responsabilidad! Que aprendan a conjugar sus conocimientos y sus pasiones. Que consigan amar lo que hacen y sean felices.