Longinos Marín (director Cátedra RSC de la UMU): “No hay futuro empresarial sin RSC”
La Responsabilidad Social Corporativa está calando cada vez más en el tejido empresarial y la sociedad en general, factor en el que a nivel regional juega un papel fundamental esta cátedra de la UMU que dirige Longinos: un hombre nacido en Beniel, padre de tres hijos, que siempre tuvo claro que un fuerte compromiso social podía hacer destacar a una marca por encima del resto, lo cual le hizo centrar su carrera en dicho ámbito.
La Cátedra RSC de la Universidad de Murcia nació en el año 2010 gracias a un convenio con la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia con el objetivo de “hacer investigación de calidad en RSC”; es decir, en relación a la estrategia que siguen las empresas para contribuir de manera activa y voluntaria a la mejora social, económica y ambiental, generando así “ciencia y conocimiento útil para el tejido empresarial”.
En este sentido, la UMU organiza el máster en RSC, mediante el cual forma a profesionales en la dirección y gestión de la RSC/ESG en compañías e instituciones. De hecho, en 11 años han pasado por él más de 200 directivos y responsables de las principales empresas de la Región.
Longinos Marín dirige esta cátedra, cargo que compagina con el de vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia de esta institución desde 2019.
Longinos nació y se crió en Beniel, y es el pequeño de cuatro hermanos. En el año 1987 se decantó por estudiar Económicas y, después de unos años y de varias experiencias laborales, desarrolló su trayectoria profesional en la Universidad de Murcia, donde además conoció a su mujer, Alicia, junto a la que ha formado una familia con tres hijos.
Como profesional vinculado a la RSC, en su día a día también la tiene muy presente, tanto así que en su casa está prohibido comprar en Shein, Temu o AliExpress. También fomenta la compra sostenible pagando a sus hijos la diferencia del precio de productos para que compren, en sus palabras, “cosas de aquí”.
Eso sí, hay momentos en los que deja todo esto a un lado para desconectar haciendo lo que más le gusta, ya sea pasando tiempo con su mujer y sus hijos, haciendo deporte, viendo partidos del Atleti, escuchando a su banda favorita, los Pixies, leyendo novelas o tomando una cerveza con amigos, pues considera que “la amistad es uno de los pilares de la vida”.
Ahora bien, volviendo al terreno profesional, ¿qué fue lo que lo llevó a adentrarse en la Responsabilidad Social Corporativa? Longinos trabajó en la empresa privada unos años y siempre tuvo claro que “además de generar negocio y beneficios, desde la empresa se puede también ayudar a solucionar problemas sociales o ambientales”. Y es que consideraba que “un fuerte compromiso con colectivos vulnerables y acciones solidarias podía ayudar a diferenciar una marca”. De hecho, asegura que, en el mundo actual, repleto de productos con características y precios similares, “la diferencia puede estar en quién te los vende, cómo lo hace y lo que tú piensas de él”.
En esta línea, fue en los años 2006 y 2007 cuando realizó su tesis doctoral y sus primeras publicaciones científicas internacionales sobre las percepciones que tienen los consumidores cuando las marcas les comunican acciones de RSC, ámbito de estudio que se amplió tras poner en marcha la cátedra, incluyendo las consecuencias favorables para las empresas que apuestan por la RSC en términos de competitividad, identificación de clientes y trabajadores, beneficios financieros o valor de la empresa.
Pero el camino no fue fácil, pues cuando nació la cátedra en 2010, “pocas empresas estaban convencidas”, aunque con el paso del tiempo han sido dos los factores determinantes para el impulso de la RSC: la ciencia, que ha conseguido demostrar que las políticas de RSC impulsan el éxito de las compañías, y la experiencia, ya que “las empresas que empiezan con estos temas ya no los abandonan; al contrario, van a más”, afirma Longinos, lo cual provoca un efecto aprendizaje en aquellas más escépticas. “Podemos poner hoy día muchos ejemplos de empresas que son más competitivas gracias a su política de RSC y sostenibilidad”, sentencia.
Así, para reforzar todo esto, se decidió crear hace ya 13 años el máster de RSC “con el firme convencimiento de que la RSC en las empresas sería mejor implantada por profesionales propios bien formados y no por consultores externos”, sostiene Longinos.
Además, recuerda que “estamos en un momento crucial para formarse en RSC y sostenibilidad”, pues acaba de entrar en vigor la nueva Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad, mediante la cual la Unión Europea va a obligar a las empresas a aumentar la transparencia y la RSC con sus grupos de interés, ampliando la información en materia de sostenibilidad.
Así, en palabras de Longinos, con la normativa legal y una conciencia ciudadana y empresarial cada vez más fuerte, “la sostenibilidad y la RSC han evolucionado muy positivamente”, especialmente en los últimos años. Aspecto en el que, igualmente, la cátedra de la UMU ha jugado un papel fundamental, contribuyendo a generar un conocimiento sólido, así como acompañando a las empresas en la puesta en marcha de sus proyectos de RSC.
“Las empresas van sintiendo más que nunca la presión de instituciones, inversores y la sociedad en general para que integren aspectos sociales y medioambientales en su gestión”, confirma Longinos. “Las finanzas creen en la sostenibilidad, no hay futuro empresarial sin RSC”. Además, como él mismo indica, “ya no basta con una gestión adecuada de estos aspectos, sino que también es crucial comunicarla efectivamente a cada grupo de interés”.
Por tanto, como asegura Longinos, “poco a poco va cogiendo su lugar”; eso sí, aunque hay sectores en los que ya tiene especial protagonismo, “hay otros en los que apenas ha avanzado, como servicios, turismo, ocio…”. Al igual que sucede con la conciencia ciudadana, pues a pesar de que la evolución está siendo favorable y “hay ciudadanos muy sensibles a los temas de sostenibilidad, en torno al 15 %, sigue habiendo un 30 % absolutamente indiferentes”, confirma nuestro protagonista.
En esta línea, el director de la Cátedra de RSC de la UMU anima a las empresas y les lanza un mensaje de tranquilidad, pues puede parecer un camino difícil: “En ningún caso la RSC debe ser un proceso traumático, porque supone un cambio cultural que poco a poco hará que la sostenibilidad cale en cada departamento y trabajador”.
Ahora bien, ¿cuál es el futuro de la Responsabilidad Social Corporativa? Para Longinos, “el siguiente paso es profesionalizar las RSC dentro de la empresa; igual que todas las compañías tienen un financiero, un especialista en Recursos Humanos o en Calidad, que exista la figura del profesional de Responsabilidad Social, ya que actualmente este servicio se externaliza o se hace a tiempo parcial desde otras áreas”.
Igualmente, el principal desafío vendrá marcado por el reto climático: “Tenemos un problema dramático que nos va a obligar a cambiar actitudes y comportamientos, que supondrán esfuerzo y sacrificio, y no hay alternativa”; de hecho, asegura que “viene un tsunami normativo de Europa en temas ambientales que culminará seguramente en que solo puedan operar empresas con políticas de descarbonización muy activas y que rindan cuentas sobre su contribución al medio ambiente”, por lo que “las empresas tienen mucho que decir y cambiar”, y precisamente en ese camino es en el que les tiende la mano la Cátedra de RSC de la UMU, para ayudarles en la tarea de redefinir la huella que van dejando en la sociedad.
Créditos
Texto: Cristina Martínez González